Lesiones por accidentes de tráfico

En el año 2016, más de 100.000 españoles se vieron implicados en accidentes de tráfico. Algunos (una minoría) perdieron la vida como consecuencia de ello, mientras que otros  (la mayoría) necesitaron tratamientos de mayor o menor consideración para recuperarse de las lesiones y evitar secuelas. En este artículo vamos a profundizar en las dolencias más comunes que se producen tras un siniestro.

¿Cuáles son los tipos de lesiones por accidentes de tráfico?

Latigazo cervical

Cuando chocamos con otro coche nuestra cabeza suele realizar un movimiento brusco hacia adelante y hacia atrás, desencadenando lo que conocemos como ‘latigazo cervical’. Este percance puede derivar es un esguince de ligamentos, la rotura de los mismos o incluso en la aparición de hernias en los discos superiores. Los síntomas pueden aparecer instantáneamente… o al día siguiente, de ahí que la exploración médica sea imprescindible independientemente de cómo nos sintamos.

Latigazo lumbar

Si el golpe ha sido importante, no sólo puede afectar al cuello, sino también a la totalidad de la espalda, de ahí que las lumbalgias postraumáticas también sean tan frecuentes tras los accidentes de tráfico. Al igual que en el caso anterior, hablamos de una lesión delicada que puede ir a más si no se trata correctamente.

Traumatismos y facturas

Después de un fuerte impacto, los traumatismos y las fracturas son prácticamente inevitables. La cabeza y las extremidades suelen ser las peor paradas, aunque ninguna zona está a salvo del todo cuando se produce una colisión. De hecho, la aceleración-desaceleración que desencadena un siniestro no sólo tiene fuerza para romper huesos, sino también desplazar nuestros órganos internos.

Tratamientos

Las lesiones ocasionadas por los accidentes de tráfico suelen ser muy traicioneras. Y no nos estamos refiriendo a las más graves, que son también las más evidentes, sino a aquellas que subestimamos porque no han dañado nuestra apariencia externa. Sin embargo, creer que se curarán solas es ser exageradamente optimista, por no decir irrealista. En Clínica Bailío lo sabemos y por eso tratamos periódicamente a muchos pacientes que han sufrido accidentes de tráfico y quieren recuperarse completamente.