El dolor lumbar es una de las molestias más frecuentes en personas de cualquier edad. Puede aparecer de forma repentina tras un movimiento brusco o ir aumentando poco a poco por malas posturas y hábitos diarios.
En Clínica Bailío realizamos una valoración completa para determinar si el origen del dolor es muscular, articular, discal o una combinación de varios factores. A partir de ahí diseñamos un plan de tratamiento a medida para ti.
La zona lumbar soporta gran parte del peso corporal y participa en casi todos los movimientos que realizas durante el día. Por eso, cuando existe una disfunción, el dolor puede hacerse recurrente si no se trata de forma adecuada.
Estas son algunas de las causas más habituales que encontramos en consulta:
No todo dolor lumbar es igual. Existen una serie de señales de alarma ante las que es importante buscar atención profesional de forma inmediata:
En estos casos, en Clínica Bailío valoramos la situación y, si es necesario, te derivamos para un estudio médico más completo.
Nuestro abordaje del dolor lumbar es global y personalizado. Combinamos distintas técnicas de fisioterapia y osteopatía para tratar el origen del problema:
El objetivo es que no solo desaparezca el dolor, sino que recuperes confianza en tu espalda y evites recaídas.
Salvo en casos muy concretos, el reposo absoluto suele empeorar el cuadro. Es preferible mantener un movimiento suave y controlado, evitando solo los gestos que disparan el dolor.
Depende del origen y del tiempo de evolución del dolor, pero muchos pacientes notan una clara mejoría entre las 3 y 5 sesiones, combinando tratamiento en consulta y ejercicios en casa.
No siempre. En la mayoría de los casos, una buena valoración clínica es suficiente. Solo se recomienda prueba de imagen cuando existen signos neurológicos o sospecha de patología específica.
En muchos casos sí, adaptando la intensidad y el tipo de ejercicio. Desde Clínica Bailío te orientamos sobre qué actividades son más adecuadas en cada fase del tratamiento.
Un programa de ejercicios de core, control postural y movilidad bien pautado reduce mucho el riesgo de nuevos episodios. Te enseñamos qué hacer y cómo integrarlo en tu rutina.