¿Quién no ha sufrido agujetas alguna vez? Es una lesión bastante frecuente que se manifiesta con dolor y rigidez muscular cuando realizamos un gran esfuerzo físico al que no estábamos acostumbrado o cuando cambiamos nuestra rutina de ejercicios. Afortunadamente, las agujetas no revisten gravedad y desaparecen progresivamente pasados unos días, pero conviene conocerlas bien para no dejarse llevar por algunos mitos que se han escrito sobre ellas.
¿Qué son?
Aunque existen varias teorías, la más extendida asegura que las agujetas son microrroturas musculares que se producen por un sobreesfuerzo y/o un sobrecalentamiento en la zona. Tiempo atrás también se asociaba esta dolencia a la acumulación del ácido láctico que produce nuestro metabolismo cuando hacemos ejercicio, pero los últimos estudios han demostrado que esta afirmación es totalmente falsa.
¿Cuándo aparecen?
Las agujetas suelen aparecer un día o dos después de haber realizado el ejercicio en cuestión. Por eso están catalogadas como DMAT (dolor muscular de aparición tardía) y DOMPAT (dolor muscular postesfuerzo de aparición tardía). Determinados ejercicios, como las sentadillas, las flexiones o correr cuesta abajo, son los más propensos a ocasionar agujetas, aunque ni mucho menos los únicos.
¿Cómo se tratan?
Las agujetas desaparecen por sí solas en un plazo máximo de una semana. Aun así, hay maneras de acelerar la recuperación y evitar que el dolor vaya a más. En este sentido, debemos alejarnos de los extremos, es decir, ni tumbarnos en el sofá durante toda la semana ni seguir practicando ejercicio como si nada. En el término medio está la virtud, y si nos ponemos en manos de un profesional de la fisioterapia, mejor aún.
¿Cómo se previenen?
El sentido común es el mejor aliado para no sufrir agujetas. Uno mismo debe conocer su cuerpo y cuáles son sus límites para no realizar un esfuerzo desproporcionado. Además, no debemos olvidar nunca la importancia de un buen calentamiento previo. Si nuestra idea es aumentar la intensidad de nuestros ejercicios para obtener unos resultados determinados, lo ideal es planificar los entrenamientos con antelación e ir añadiendo las cargas progresivamente, no de golpe. En esta tarea, el asesoramiento de un profesional puede resultar muy útil.