Tengo escoliosis, ¿qué hago?

Todas las columnas vertebrales tienen curvas. Algunas son normales (fisiológicas), pero otras no lo son y ocasionan muchos problemas cuando superan los diez grados de inclinación. Es entonces cuando hablamos de escoliosis, que podría definirse como una curvatura anormal de nuestra columna que puede adoptar la forma de una ‘C’ o la de una ‘S’. Si sufres escoliosis, tenemos una mala noticia para ti, aunque probablemente ya lo sepas: no existe una cura definitiva. Pero también tenemos una buena noticia: la fisioterapia puede ayudarte.

Diagnóstico

Cuanto antes detectemos una escoliosis, más posibilidades tendremos de corregirla o detenerla. Por eso, es muy importante observar a nuestros hijos, pues hay determinados síntomas que pueden ponernos sobre aviso. Por ejemplo, que presente unos hombros desnivelados o unas caderas asimétricas, aunque la prueba del algodón es comprobar visualmente la curvatura de su columna. Para apreciarlo mejor, el paciente debe inclinarse hacia adelante e intentar tocar los dedos de los pies con las manos sin flexionar las rodillas.

Actitud escoliótica

Hay escoliosis leves (menos de diez grados de inclinación) que se originan por causas externas, principalmente posturales. Son especialmente frecuentes en niños y adolescentes, ya que se encuentran en edad de crecimiento y sus malas posturas inciden mucho en el desarrollo óseo. Algunas de ellas de producen por cargar las mochilas excesiva e incorrectamente y otras por escribir de forma antinatural (las niñas tienden a inclinar el tronco y torcer la cabeza para que no les moleste el pelo). Afortunadamente, estos son los casos más fáciles de tratar siempre que se atajen a tiempo.

Fisioterapia

El principal objetivo de la fisioterapia es detener el avance de la escoliosis, pues aunque no lo creamos, siempre puede ir a peor. Con diferentes técnicas podemos minimizar la tensión de los músculos y los tejidos blandos que se encuentran alrededor de la curvatura. No nos detendremos en explicarlos con detalle, pero hay determinados métodos (Klapp, Schroth…) que ayudan a fortalecer la zona y dan muy buenos resultados a la hora de tratar la escoliosis. Incluso los ejercicios de Pilates, si están bien prescritos por un profesional de la fisioterapia, pueden sernos de gran ayuda. Por todo ello, recalcamos que lo más importante es que el paciente se comprometa a corregir su postura y a seguir las pautas de su fisio, quien siempre sabrá qué deportes puede practicar, qué gestos debe evitar, qué ejercicios debe realizar, etcétera.