Asociamos las lesiones a los traumatismos, los sobreesfuerzos, la predisposición genética, la falta de preparación, la higiene postural o simplemente la mala suerte, pero también podemos lesionarnos de una manera aparentemente inofensiva: usando el teléfono móvil.
Ya tiene nombre
El síndrome del ‘text neck’ (cuello de texto). Así ha sido bautizada esta enfermedad tecnológica que aparece por una inclinación prolongada del cuello para leer y escribir mensajes de texto. El smartphone es el principal foco, pero también se puede extrapolar a las tablets y los ordenadores portátiles.
Cifras
Un reciente estudio ha revelado que pasamos una media de cuatro horas al día mirando hacia abajo. O lo que es lo mismo, 1.400 horas al año. Esta cifra aumenta exponencialmente entre los adolescentes, que pueden llegar hasta las 5.000 horas al año con esta mala postura. Sin duda, son datos preocupantes.
Más cifras
El cráneo de un adulto suele pesar entre 4 y 5 kilos cuando estamos erguidos. Sin embargo, cuando inclinamos el cuello para ver el móvil, la fuerza que ejerce sobre las vértebras puede llegar a los 20 kilos. No debe sorprender, por tanto, que el text neck ocasione dolor y rigidez cervical, cefaleas, espaldas doloridas, hernia discal…
Los dedos
No todos los problemas acaban en el cuello. El uso excesivo del pulgar para escribir mensajes de texto genera estrés articular y puede llegar a desencadenar un tipo de artrosis similar al que sufrían las costureras de otros tiempos.
Consejos
Sabemos que es difícil cambiar los hábitos, pero la única manera de que el móvil no nos haga daño desde un punto de vista postural es colocarlo ligeramente por debajo de la altura de nuestros ojos y mantener una postura neutra.