El deporte es importante para nuestra salud a cualquier edad, pero en la infancia lo es con más motivo. ¿Por qué? Porque para los niños no es sólo una actividad física, sino también un poderoso instrumento para desarrollarse como personas. En este artículo vamos a hacer un repaso de los diferentes beneficios que aporta el deporte a los más pequeños.
Físicos
El control del peso corporal es el más evidente porque se ve a simple vista. Un niño que practica deporte con regularidad tiene pocas posibilidades de sufrir obesidad, ya que el movimiento previene las elevaciones de glucosa, reduce los triglicéridos, disminuye la tensión arteria y acelera el metabolismo, entre otras cosas. Además, practicando deporte ganará fuerza, agilidad, resistencia…
Psicológicos
Está demostrado que hacer ejercicio estimula la liberación de endorfinas, que son los neurotransmisores que nos hacen sentir bien. Por tanto, podemos afirmar que existe relación entre el deporte y la felicidad. Asimismo, la práctica deportiva reduce la ansiedad, la depresión y la irritabilidad, al margen de liberar tensiones acumuladas. Generalmente, un niño que practica deporte con asiduidad es un niño que suele estar de buen humor.
Académicos
El deporte aumenta el flujo de oxígeno al cerebro, algo que repercute positivamente en la capacidad de aprendizaje, la memoria, la concentración y el estado de alerta. Del mismo modo, favorece la creación de hábitos, ya que el hecho de el niño practique su deporte favorito a una determinada hora le ‘forzará’ a organizar y estructurar el resto de su tiempo. Si por el contrario dispone de todas las tardes ‘libres’, será más difícil que pueda adquirir una buena rutina académica.
Sociales
Practicando fútbol, baloncesto, atletismo o cualquier otra disciplina los niños hacen nuevos amigos, se divierten, ganan confianza en sí mismos… Además, aprenden valores como el compañerismo, la lealtad, el trabajo en equipo, la recompensa tras el esfuerzo, la aceptación de unas reglas y un largo etcétera.