Practicar deporte es sano en cualquier época del año, pero hay que saber adaptarse a las condiciones climatológicas de cada fecha, ya que no es lo mismo salir a correr bajo una intensa nevada que hacerlo una tarde de agosto con una temperatura de 40 grados. Ahora que el verano ya se ha instalado entre nosotros, vamos a ofreceros una serie de consejos para poder realizar ejercicio sin sufrir un golpe de calor en el intento.
Horarios
Todo andaluz en general y cordobés en particular sabe que practicar en las horas centrales del día (entre las 12:00 y 16:00 horas) es una auténtica locura, pero nunca viene mal recordarlo. Las mejoras horas son las primeras de la mañana y las últimas de la tarde, es decir, cuando la incidencia del sol es menor.
Lugares
Si vamos a realizar la actividad física en el exterior, debemos procurar elegir espacios sombreados, sin excesiva pendiente y con una superficie regular. El verano no es la mejor época para probar caminos nuevos que no conocemos, ya que podemos perdernos, retrasarnos y prolongar el ejercicio más de lo debido en unas condiciones adversas. Si optamos por una actividad física en espacios interiores, podemos aprovechar los diferentes sistemas de climatización para combatir las altas temperaturas, aunque sin abusar de ellos ni olvidar nunca que una buena ventilación también es imprescindible para renovar el aire y favorecer la respiración.
Hidratación
Si beber agua es vital en cualquier época del año, en verano lo es más aún si cabe porque sudamos más. Lo ideal es ingerirla ligeramente fresca para que nuestro cuerpo la asimile mejor y más rápidamente. Al contrario de lo que muchos creen, no sólo es importante hidratarse después del ejercicio, sino también antes y durante el mismo. Una vez termina la actividad física podemos recuperar fuerzas más rápidamente con la ayuda de una bebida isotónica. Asimismo, conviene tener claro que las comidas deben ser ligeras antes de la práctica deportiva.
Síntomas del golpe de calor
No seguir estos consejos puede hacer que suframos un golpe de calor. Sus primeros síntomas consisten en mareos, náuseas y una intensa sed, por lo que si hacen acto de presencia deberemos detener el ejercicio, buscar una zona lo más fresca posible y beber agua hasta que nuestro cuerpo vuelva a la normalidad, posponiendo la reanudación del ejercicio hasta el día siguiente.