Es beneficioso tanto desde el punto de vista de la salud como de la estética mantener una buena postura corporal. Evitaremos problemas musculares y de columna, además de una buena oxigenación de nuestro cuerpo y daremos una apariencia más esbelta.

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Ésta depende de diversos factores como los rasgos individuales de la personalidad, aspectos fisiológicos, biomecánicos y de educación. Puede aprenderse y modificarse mediante la actividad física, la cual es indicadora de salud y determina aspectos tan importantes como la posición de nuestros órganos.

No tener una buena higiene postural, por ejemplo, con el cuerpo inclinado hacia delante o exageradamente derecho, dificulta la respiración y puede desencadenar problemas como lumbago, escoliosis y lordosis; también comprimir los órganos de la digestión y provocar molestias digestivas.

En nuestro ambiente de trabajo o frente al ordenador, una mala postura puede significar una disminución de la atención y por tanto, menos productividad. Al contrario, una postura adecuada previene enfermedades.

¿Cuál es la postura correcta?

Una postura correcta se define como la alineación simétrica y proporcional de los segmentos corporales alrededor del eje de la gravedad. La postura ideal de una persona es la que no exagera ni borra las curvas fisiológicas de la columna, sino que las mantiene.

Se logra manteniendo la cabeza erguida en posición de equilibrio, sin torcer el tronco, manteniendo la pelvis en posición neutral y las extremidades inferiores alineadas de forma que el peso del cuerpo se reparta adecuadamente.

Aquí os dejamos algunos consejos para conseguir una buena higiene postural:

  1. Adaptar los ambientes de trabajo y estudio: Se recomienda una silla con espacio interior suficiente para que se puedan estirar un poco las piernas y éstas se apoyen en el suelo. En caso de usar ordenador, situar la pantalla a una distancia entre 50 y 60 centímetros y a una altura similar a la de los ojos.
  2. Evitar una vida sedentaria: realizar actividad física; caminar, andar, usar la bicicleta o nadar.
  3. Fortalecer la musculatura y trabajar la flexibilidad: Abdominales, glúteos y hombros son las áreas del cuerpo que menos se suelen ejercitar en nuestra actividad cotidiana, y por lo tanto es indispensable reforzarlas con ejercicios como los que se realizan en Pilates, o mediante un entrenamiento muscular controlado.
  4. Cuidar el peso: La obesidad y el sobrepeso se convierten fácilmente en un problema de postura. Es importante conocer tu cuerpo, controlar el peso y mantener una buena alimentación.

En la clinica Bailío ofrecemos clases de Pilates adaptadas a cada alumno y en grupos reducidos, para garantizar al alumno un ejercicio de calidad y una progresión sostenible. ¡Llámanos e informaté!

Post por: Azahara Muñoz Muñoz