Los niños, las mochilas y los dolores de espalda

Los niños ya han vuelto al colegio, tienen que llevar a clase un montón de libros y sus padres se hacen la misma pregunta de todos los años: ¿cuál es la mejor manera de llevar la mochila para que no se hagan daño? La respuesta no puede resumirse en una sola frase, pero si lees este artículo hasta el final aprenderás muchas cosas que quizás no sabías.

El carrito

Hay quien da por sentado que el carrito soluciona todos los problemas, pero no es así. De hecho, llevarlo implica una postura forzada y todo el esfuerzo recae en el brazo, aunque la que verdaderamente sufre es la columna, sobre todo cuando los niños cogen el carrito a pulso para subir una escalera. Pero no todo es negativo, obviamente. Si las ruedas tienen un diámetro considerable, el asa es regulable en altura y el niño se acostumbra a alternar el brazo con el que tira de él, tendrá mucho ganado. No obstante, la mejor manera de llevar el carrito es empujarlo hacia adelante en lugar de tirar de él, aunque prácticamente nadie lo hace así.

A hombros

Muchas veces es imposible cumplir esta premisa, pero hay que intentar evitar que el niño cargue con más del 10{5ec260d4dfdec9d885b4f4a948b8868b285194a6e2ffd996c488fffa987eb6ab} de su peso corporal. Es decir, que si pesa 30 kilos, la mochila completa no debería pesar más de 3 kg. Cuando el peso de la maleta es excesivo, se recomienda que el niño lleve un par de libros en los brazos pegados al cuerpo (como si los abrazara). Al principio le parecerá extraño, pero más pronto que tarde se dará cuenta de que gana en equilibrio. De igual modo, es posible que con el tiempo quiera portarla con una sola asa, aunque esto no es aconsejable ni siquiera en adultos.

La mochila

La mochila ideal para tu hijo no es la más bonita, ni aquella que tiene serigrafiado su superhéroe favorito ni la más grande para que le quepan más cosas y dure más, sino la que mejor se adapte a su cuerpo de manera confortable. Es importante que tanto las asas como la parte que entra en contacto con la espalda estén bien acolchadas, pero también que los libros se distribuyan correctamente en su interior. ¿Y cómo se deben organizar? Muy sencillo: los que más pesen deben ir pegados a la espalda, y los que menos, más separados. Y si se usan los bolsillos laterales, conviene repartir el peso de manera más o menos equitativa.

Un último consejo

Un niño que realiza ejercicio físico con cierta regularidad tendrá menos problemas a la hora de llevar la mochila que otro que se pasa las horas en el sofá jugando con la tablet. El movimiento es la mejor inversión en salud.