Las rodillas no suenan. O mejor dicho, no deberían sonar. Lo que escuchamos muchas veces al subir o bajar una escalera es un chasquido articular que puede ir acompañado de dolor o no. Pero más allá de la molestia, lo verdaderamente importante es conocer este problema, saber por qué lo padecemos y cómo tratarlo para que no vaya a más.